Obviamente, MUCHA gente tuvo la misma idea que nosotros. La diferencia es que ellos sí hicieron reservaciones antes, pero Los Santos de los mochileros nos protegieron y alcanzamos los últimos lugares en el camión.


A mí, la ciudad me pareció extremadamente bonita aunque algunos aseguren que se parece a casi-cualquier-ciudad-Alemana pero más aburrida y cara.
Concluimos que hablar Danés es como hablar Alemán bajo la influencia de bebidas alcohólicas.
Paloma festeja nuestro triunfo con galletas
Ferry navegando por International Waters
UO-JA-Já-ja
Paloma y yo impresionamos a Mauricio con nuestro parloteo incesante. En la noche se puso sus tapones de los oídos y cuando despertó nos dijo "es impresionante cuánto pueden hablar"
Recorrimos las calles, subimos al mirador de una torre antigüa, entramos al museo de arte, comimos sandwiches en el hostel y sedientos de Carlsberg fuimos a un par de bares, donde el único lugar donde yo tuve éxito fue en un antro-gay. Very sad, indeed.
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