Mireya, Saúl, Mulato y yo fuimos a la Arena México a ver un súper show que lo tiene todo: drama, emoción y señoritas hermosas. Nos sentamos cerca de “la porra de Tepito” quienes amenizaron el evento.
Jocosamente, el programa decía “Se prohíbe pronunciar palabras obscenas” (jojojo).
"Pinche Místicoooo, tienes que chingáááártelo cabrón, el lugar en las luchas se gana hijo de tu reputisima madre, si no te lo chingas cabrón, regrésate a la pinche liga de los enanos wey y mejor vete a tu casa donde te está esperando tu mujer cabrón que …. Bla bla bla" [sic]
Cada vez que comenzaba a gritar, le prestabamos nuestra completa atencion para deleitarnos con su creatividad. Ademas cada vez que el vendedor de cervezas se acercaba, el Mulato festejaba "siiiii que le den mas alcohol!!!!"
Yo quería gritar como "el amigo", pero por alguna razón mis gritos sonaban super *fresas y falsos*. No sonaban naturales (como el de la señorita sentada atrás de mi que gritaba: Parecen un par de pinches viejas, que hueva me dan, mejor vámonos a dormir, chingá).
Delante de nosotros había un grupo de suecos, sorprendidos seguramente de ver tanta violencia en un espectáculo familiar lleno de niños con mascaritas, niñas con capitas y bebes. (Un Mexa les dio la bienvenida: vamos a echarle una porra a los pinches gringos para que se sientan cobijados los cabrones!!! Que chinguen a su madreeeee!!). Los suecos les sonrieron de manera condescendiente.
Mis partes favoritas fueron “esos magicos momentos” donde los luchadores vuelan fuera del ring y le caen encima a los fanáticos sentados en las primeras filas....
y cuando los Rudos agarran a uno de los Técnicos y lo van a golpear, cuando este, sorprendentemente se agacha y los “malos” se golpean entre ellos mismos... Es tan impredecible y emocionante!
Toda la Arena le iba a los “rudos”. Afortunadamente ganaron!!!!! uh uh uh uh!...
Fuimos tan felices que hasta el Mulato penso en dejar la electronica.
Jocosamente, el programa decía “Se prohíbe pronunciar palabras obscenas” (jojojo).
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Lo mejor de la noche fue que al lado de nosotros teníamos sentado a un jocoso fanático que sostenía monólogos larguísimos con los luchadores. Por ejemplo:"Pinche Místicoooo, tienes que chingáááártelo cabrón, el lugar en las luchas se gana hijo de tu reputisima madre, si no te lo chingas cabrón, regrésate a la pinche liga de los enanos wey y mejor vete a tu casa donde te está esperando tu mujer cabrón que …. Bla bla bla" [sic]
Cada vez que comenzaba a gritar, le prestabamos nuestra completa atencion para deleitarnos con su creatividad. Ademas cada vez que el vendedor de cervezas se acercaba, el Mulato festejaba "siiiii que le den mas alcohol!!!!"
Yo quería gritar como "el amigo", pero por alguna razón mis gritos sonaban super *fresas y falsos*. No sonaban naturales (como el de la señorita sentada atrás de mi que gritaba: Parecen un par de pinches viejas, que hueva me dan, mejor vámonos a dormir, chingá).
Delante de nosotros había un grupo de suecos, sorprendidos seguramente de ver tanta violencia en un espectáculo familiar lleno de niños con mascaritas, niñas con capitas y bebes. (Un Mexa les dio la bienvenida: vamos a echarle una porra a los pinches gringos para que se sientan cobijados los cabrones!!! Que chinguen a su madreeeee!!). Los suecos les sonrieron de manera condescendiente.
Mis partes favoritas fueron “esos magicos momentos” donde los luchadores vuelan fuera del ring y le caen encima a los fanáticos sentados en las primeras filas....
y cuando los Rudos agarran a uno de los Técnicos y lo van a golpear, cuando este, sorprendentemente se agacha y los “malos” se golpean entre ellos mismos... Es tan impredecible y emocionante!
Fuimos tan felices que hasta el Mulato penso en dejar la electronica.
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