martes, 18 de agosto de 2009

Chale...

Cuando despierto en la mañana aveces se me olvida. Abro los ojos y me estiro o me pongo de lado. Y entonces, me duele. Me duele muchísimo. Me duelen tantos estúpidos músculos, las heridas donde estaban los tornillos, mi costado izquierdo.

La vida-en-el-mundo-exterior es diferente que en el hospital. Antes sólo hacía ejercicio en la fisioterapia. Ahora subo y bajo escaleras con torpeza y lentitud y cada día doy más pasitos pinguinezcos.

Ayer me senté en el suelo y me di cuenta que no me podía levantar. No podía. Me dolían las piernas. Me tiemblaban. Estaban muy débiles, atrofiadas.

Me frustré, me enojé... y Después me agarré de la puerta y me puse en pie sola (después de como 7 minutos)....

Y fui feliz.

(Muahaha.. tomen eso, piernillas enclenques!)

La impaciencia suele traer lágrimas
- Comprobadísimo -

Menos mal que ahora soy mucho... mucho más paciente. Not many options for now, anyway.
(Voy a estar bien. Lo prometo).

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