miércoles, 5 de agosto de 2009

La muerte y yo (Parte I)

Yo tendría unos 9 años. Ya eran como las 11:00 de la noche y mi hermana y yo nos rehusábamos a dormir. Me acuerdo que tenía puesta mi muy-favorita-y-horripilante pijama, tipo kimono, azul (ja).

Desde la ventana de la recámara vimos un par de ojitos brillantes. Era bichi, pegada contra el vidrio.

Entonces, como siempre he sido una mala persona, le pegué a la ventana con todas mis fuerzas.
Pobre Bichi, saltó llena de terror con los pelillos erizados... A mí, por supuesto (bestiezuela inconsciente), me pareció extremadamente divertido.
Bichi regresó a la ventana y yo, naturalmente, repetí el procedimiento.
Después de unas cuatro veces, volví a golpear la ventana pero esta vez *ZAZ* la ventana se rompió en mil pedazos, proyectiles asesinos, que me cayeron en mis bracitos ...(seguro a Bichi le pareció extremadamente divertido entonces).

Evidentemente, mi mamá se enfureció y me llevo al lavabo para limpiarme la sangre de las manos. Cuando abrió el grifo y el agua me cayó en la muñeca vimos mi herida. Tenía "la carnita" colgando y se podía ver el hueso. Las dos nos horrorizamos.

Yo nunca había visto tanta sangre y menos saliendo de mí a borbotones. Mi hermana corrió a la recámara y empezó a golpear la cama:
"NOOOO, Por qué a mí???, Por qué a mi hermanitaaaa??" (jaja).
Ataque de pánico familiar.

Después de ponerme un torniquete improvisado, las tres corrimos hacia vochín.
En ese momento, yo, con toda la madurez que una-niña-chimuela puede tener, me di cuenta que iba a morir. Además de todo, iba a morir intestada.

- Hermanita, tienes que tomar mi muerte con tranquilidad.
- bbbbbuuuuaaaaaaaaaa
- Ha llegado mi momento... pero quiero que te quedes con mis Ponys.
- BBBBUUUUUAAAAA

Entonces mi mamá procedió a tranquilizarme:
- Cáááááaállate pendeja!!! Y Dejen de decir pendejaaaaadaaaassss...

Nos pendejeó hasta que llegamos a la sala de urgencias. Me acuerdo que me dio mucho espanto. Habían personas atropelladas, balaceadas y ensangrentadas de a montón. Por supuesto, a cada instante me convencía más de que mi-momento había llegado.

Mientras esperaba pacientemente a ver-la-luz para caminar hacia ella, empecé a platicar con el único otro niño de la sala.
- ¿A tí que te paso?
- Mi abuelito estaba bailando y entonces lo asusté y le dije "Abuelo una tarántula" agarrándole el tobillo... Y me piso... y me rompió el dedo. Mira... - y me enseñó su dedo gacho (jaja... Se lo merecía, sin duda).

Pasé con el doctor. Me dio 13 puntadas y una paleta. Mientras me cosía, me dijo que me iba a regalar un pollito. Mintió.

Después de varias horas, regresamos a casa muy tranquilas. Mi mamá hizo rabieta por mi berrinche para conservar mi pijama-favorita... y por que Bichi estaba dormida en la canasta de la ropa limpia.




Update editorial de la hermana que tiene acceso al blog:

1. No empece a hacer drama hasta que ther llego y me dijo "No te preocupes hermanita, todos nos tenemos que morir algun dia. Te voy a cuidar desde el cielo"

2. Ther olvido mencionar que su ultima frase antes de romper el vidrio fue "Mama, mama! , mira como asusto al gato"


2 comentarios:

  1. ah... ahora yo quiero contar en mi blog el día que me iba a morir (jijiji). Ya te lo mando. Un besazo y sigo viendo fechas --- en un lado u otro de las Uropas, nos veremos tocayita. Abrazo!

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  2. Hola hola bailaora! por azares vine a caer aqui por el blog de la otra Cin, decirte que te cuides no es preventivo, pero espero que salgas adelante! echale ganas y espero no perderte la pista.

    Marce

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