Hace siete semanas sobreviví a un accidente.
Cada uno de esos -primeros días- parecían parte de una ridícula pesadilla.
(una pesadilla larguísima,
como un tunel bajo el agua,
como un puente a punto de desplomarse)
En ese tiempo confundía los minutos con los meses,
y la realidad con mi estúpida inconsciencia.
Y tenía mucho miedo. Sujetándome del cuello,
-Ahogándome-
A mí, y a todas mis lágrimas encerradas.
.
Las lágrimas que no rodaron nunca,
por que supe que todo estaría bien.
Conmigo, con mi hermana.
Pero no todos tenemos la misma suerte.
Hoy escribo para el hermano de uno de mis hermanos.
-Todos te lloramos, todos te morimos-
Pero todos sabemos que morir no es otra cosa que estar en todas partes (en silencio).
Hermanito, sabes que estoy contigo
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