Yizo acompañó a Anie a Belfast. Nos trajo una lap top, entre otras cosas. Yizo ayudó a mi familia con todo lo que necesitaban.
Pero hizo algo más.
Después del accidente, yo estaba muy enojada. Enojada con la vida. Por qué a mí? por que así? Si mi hermana no vive entonces yo tampoco quiero.
Mi amiga Laura de la Cruz me trató de contactar. Su hermana estaba haciendo técnicas de sanación con luz para mi hermana. Me sorprendió mucho como se enteró. Pero después supe cómo.
Yiz le avisó a muchos amigos de mi hermana, y se empezó a tejer como la red de una araña. Llegaron mensajes de apoyo de muchos amigos cercanos, amigos con los que se había perdido contacto, conocidos, desconocidos, parientes de amigos... tanta gente solidaria, dispuesta a apoyarnos moralmente, dispuesta a rezar, a pensar en nosotras.
Tantos buenos pensamientos y oraciones tenían que hacer una diferencia. La telaraña se extendió a través del mundo, llegó a otros continentes. Sin conocer fronteras, ni idiomas, ni límites.
En esos momentos estuvimos más acompañadas que nunca.
Gracias.
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