sábado, 20 de junio de 2009

El mejor regalo


Ayer que regresé de dar un paseo por el hospital encontré que mi fisioterapeuta me había dejado unos obsequios/ofrendas. El paquete incluía un calzador de un metro (para ponerme mis zapatos SIN AYUDA) un bastón (con el que puedo subir mis piernas a la cama SIN AYUDA) y sin duda mi favorita: la manita biónica.

Gracias a la mano biónica las (antes) difíciles tareas de alcanzar los objetos ahora me dan felicidad.

PERO ADEMÁS ahora también le puedo hacer caricias biónicas a mis seres queridos.

Qué bien haberse accidentado en un país de primer mundo.

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